jueves, 20 de agosto de 2015

Educación Financiera

Uno de los elementos que ha contribuido al deficiente desempeño de los estudiantes de noveno grado en las pruebas PISA (evaluación internacional de estudiantes), es el concerniente a la educación financiera. La cual es definida por la OCDE (Organización para la cooperación y desarrollo económico), quien realiza la prueba como: “el proceso a través del cual los consumidores/inversionistas mejoran su comprensión de los productos financieros, los conceptos, los riesgos, y, a través de la información, instrucción y/o el asesoramiento objetivo, desarrollan habilidades para ser más conscientes sobre los riesgos y oportunidades financieras, para la toma de decisiones informadas, para saber dónde acudir en el caso de necesitar ayuda, y para tomar otras acciones efectivas que mejoren su bienestar financiero” .

El gobierno colombiano tomando conciencia al respecto, crea el programa de educación económica y financiera, el cual se orienta a crear competencias básicas y ciudadanas para la toma de decisiones en asuntos financieros y económicos. Para esto diseñó las orientaciones pedagógicas del programa e incluye a partir de octubre de 2014 en las pruebas Saber Pro este elemento en el componente de competencias ciudadanas para los estudiantes de grado noveno.

En un país con alta propensión al consumo, educar en los asuntos financieros es un acto de responsabilidad social, esto contribuye a tener consumidores más conscientes de sus decisiones financieras y económicas, que conocen sus derechos y deberes como consumidores  y que entienden la importancia de planificar sus finanzas para mejorar su calidad de vida. En muchas ocasiones el consumo desbordado, no permite hacer elecciones racionales y esto hace que los consumidores se encuentren de un momento a otro en una espiral de gasto que desborda sus capacidades y que a la larga termina con su tranquilidad y de quienes lo rodean.

Considerando lo anterior, como una oportunidad para proyectarse a la sociedad del Oriente Antioqueño desde Punto de Bolsa de la Universidad Católica de Oriente y con el apoyo de la Dirección de Extensión y Proyección Social, se ha emprendido el proyecto “ Mi primer millón”,  una iniciativa de proyección social que tiene como finalidad desarrollar y validar una metodología de educación financiera, por medio de la cual se transmitan unos conocimientos de manera didáctica a los estudiantes de noveno grado, con el fin de que a temprana edad se adquieran buenas prácticas en el manejo de las finanzas personales.

Para esta prueba piloto se escogió una institución privada y una pública,  Colegio Monseñor Alfonso Uríbe Jaramillo (MAUJ) y la Institución Educativa el Tablazo respectivamente. Se intervendrán un total de 98 alumnos, y adicionalmente la metodología considera la intervención a los docentes de las instituciones educativas, con el fin de que se genere al interior de las aulas de clase, una comunicación entre estudiantes y docentes más fluida y natural, en términos financieros.

El proyecto contempla el diseño de una cartilla y un concurso final  donde serán aplicados los conocimientos adquiridos, y además competirán por un premio de un millón en materiales educativos. De igual manera, se sistematizará la experiencia, donde intervienen estudiantes de pregrado, a quienes se les reconocerá como trabajo de grado.

Esta iniciativa, busca integrar procesos académicos, investigativos y de extensión aunando esfuerzos en pro de contribuir a la calidad de las instituciones educativas de la región.


Luz Marina Rodas Chamorro
Directora de Extensión y Proyección Social




martes, 7 de julio de 2015

Educación: Capital Humano y Social

El plan de desarrollo nacional 2014-2018 “Todos por un nuevo país”, se sustenta en tres pilares: la paz, la equidad y la educación. Esta última es considerada en el plan como un instrumento de igualdad social y crecimiento económico.

El plan reconoce a la educación como un pilar fundamental del desarrollo del país, y establece como objetivo: “Cerrar las brechas en acceso y calidad a la educación, entre individuos, grupos poblacionales y entre regiones, acercando al país a altos estándares internacionales y logrando la igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos”.

En este contexto, se puede observar como el enfoque de la educación en el plan se aborda desde la teoría del capital humano, la cual destaca la importancia de la inversión en educación como un motor del crecimiento económico, en donde los conocimientos de los individuos permiten la especialización productiva y esto conlleva al incremento del producto interno bruto (PIB). En este sentido, los alumnos son concebidos como actores racionales que mediante la inversión en educación pretenden movilidad en la escala social y mejor perspectiva económica.

Ahora bien, es importante ver la inversión en educación como la posibilidad de contar con el capital humano que el país requiere para elevar su nivel de productividad y competitividad, logrando con esto insertarse en el escenario mundial, el cual es cada día más exigente, cambiante y complejo. No obstante, reducir la educación solamente a una categoría de la función productiva no es conveniente, máximo en una nación que adolece de un sinnúmero de problemas de índole, social, cultural y político.

En este sentido, la educación debe ser también vehículo para la conformación  de una sociedad que se basa en la confianza y que propende por un trabajo mancomunado en la construcción de la tan anhelada paz que todos soñamos. Para esto, es necesario que el conocimiento vaya de la mano de la formación en valores humanísticos que forjen en el estudiante una personalidad libre, feliz y productiva. Una educación que solo persiga la competitividad de los individuos en función del sector  productivo, no podrá contribuir a tener una sociedad cohesionada. No basta con la generación de conocimientos, capacidades y habilidades, es necesario preguntarse por el ciudadano que necesita el país para que se tejan relaciones basadas en la solidaridad, el cooperativismo y conciencia cívica, en donde se compartan valores comunes y normas.


Si solo vemos  la inversión en educación desde la óptica de la construcción del capital humano que necesita el sector productivo, estamos condenados a una suma de individuos que solo buscan su ascenso en la sociedad y que poco aportan a  unas relaciones sociales  que posibiliten una acción colectiva que construya tejido social basado en la confianza de sus gobiernos, organizaciones e instituciones.

sábado, 14 de febrero de 2015

Educación Superior: ¿Ciencias Naturales? ¿Ciencias Sociales?

 Educación Superior: ¿Ciencias Naturales? ¿Ciencias Sociales?


Luz Marina Rodas Chamorro
Directora Extensión y Proyección Social
Universidad Católica de Oriente

El conocimiento ha venido evolucionando y dando paso a nuevos desarrollos teóricos que no sólo tratan de describir realidades  o predecir acontecimientos, sino también comprender el mundo a partir de la relación que existen entre los diferentes eventos que lo conforman. En este sentido, es importante comprender  que las ciencias naturales como las ciencias sociales se interrelacionan entre si y tienen puntos de concurrencia, lo cual implica que la sociedad necesita de ambas para su progreso.
Cuando se habla de educación, es sensato reconocer el vínculo que tiene con el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación, aspectos fundamentales para el progreso de las naciones, lo que la hace un pilar fundamental para el avance social, económico, político y cultural.
Sin embargo, se debe ser cauto y no caer en extremos al pretender,  dar prelación  a una oferta educativa sustentada solo sobre la teoría  de ver la educación como una inversión que traerá rendimientos en el futuro, y que por lo tanto redundara en un mayor desarrollo económico. De lo anterior, se desprende la importancia que tiene hoy en día no perder de vista el carácter formativo de la educación y  su relación con la triada ciencia, tecnología y sociedad.
 Ante los problemas de pobreza, desigualdad, exclusión y deterioro ambiental que enfrenta la sociedad, la educación debe ser vista como un factor de apalancamiento para el progreso de las naciones. Además, se debe concebir la educación desde una perspectiva de formación integral, lo cual permite entender la importancia de la colaboración que debe existir entre los diferentes tipos de conocimiento.

Por otra parte, frente a los desafíos y transformaciones que hoy enfrenta la sociedad las contribuciones que pueden hacer las ciencias naturales y sociales son innegables, estas últimas  dada la pluralidad de contextos permiten que las respuestas a los cambios  puedan ser adecuadas a las características que posean determinada sociedad.


Por consiguiente, una educación superior pertinente parte de la convergencia que se debe dar entre las demandas productivas y económicas, las necesidades de la sociedad y las preferencias de los individuos. Por otro lado, una educación de calidad reconoce la importancia de la enseñanza de las ciencias; del dialogo interdisciplinario y multidisciplinario; busca la comprensión de conocimiento, el modo de aplicar el conocimiento, la comprensión de los diferentes contextos y el crecimiento integral del ser humano.

viernes, 31 de octubre de 2014

DEMOCRATIZACIÓN DEL CONOCIMIENTO: UN COMPROMISO CON EL DESARROLLO DEL TERRITORIO

La dinámica actual del desarrollo pone su acento en el territorio, el cual se asume más allá de un espacio físico y se convierte en un entramado de relaciones culturales, sociales, políticas, ambientales y económicas. En este contexto,  las Instituciones de Educación Superior (IES)  no pueden estar encapsuladas, deben tejer relaciones con su entorno para ser  dinamizadoras del desarrollo y propiciar lazos de confianza a partir de la coherencia de sus funciones  con su misión y valores institucionales.
Vallaeys (2006) indica que “la Universidad tiene un impacto sobre la sociedad y su desarrollo económico, social y político. No sólo tiene un impacto directo sobre el futuro del mundo en cuanto forma a sus profesionales y líderes, sino que ella es también un referente y un actor social, que puede promover (o no) el progreso, que puede crear (o no) Capital Social, vincular (o no) la educación de los estudiantes con la realidad social exterior, hacer accesible (o no) el conocimiento a todos, etc.” (p.4)
Por  lo tanto, reflexionar sobre la credibilidad y autenticidad de las IES desde su vida misma y su compromiso con las realidades y problemas de la sociedad, es una manera de ver el compromiso con la calidad desde una perspectiva diferente a la centrada en el  éxito de los procesos. En este sentido, el énfasis pasa de centrarse  únicamente en la transferencia del conocimiento a la democratización del saber, lo cual implica trabajar con las comunidades a partir de un trabajo colaborativo que reconozca los saberes que ellas tienen, generando así relaciones de cooperación, solidaridad y una apropiación social del conocimiento.
En este sentido, Marin (2012) señala que “la apropiación social del conocimiento se entiende como un proceso que implica, por un lado, la disposición de conocimientos científicos y tecnológicos en un escenario y lenguajes comunes para la sociedad; y por otro, que el ser humano hizo suyo tales conocimientos como elementos útiles y necesarios para su beneficio y provecho. Apropiación social del conocimiento, significa entonces, la democratización  del acceso y uso del conocimiento científico y tecnológico, como su estrategia para su adecuada transmisión y aprovechamiento entre los diferentes actores sociales, que derivará en el mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades y sus integrantes” (p.57)
 En síntesis,  las IES al ser un actor social clave en el progreso del territorio tienen el reto de ser cada día más emprendedoras, democráticas, abiertas y vinculantes. Es necesario que comprendan, que  aprendiendo del colectivo, apropiando y aplicando socialmente el conocimiento, logran trasformaciones en los contextos en los cuales se desempeñan, por  lo tanto, las funciones sustantivas deben ser pensadas y reflexionadas desde esta perspectiva.




Referencia Bibliográfica

Vallaeys, François. (2006) .Breve Marco de la Responsabilidad Social Universitaria. Recuperado de http://rsuniversitaria.org/web/images/stories/BreveMarcoTeodelaResponsabilidadSocialUniv.pdf


Marin Agudelo, Sebastián Alejandro. Apropiación Social del Conocimiento: una nueva dimensión de los archivos. Revista Interamericana de Bibliotecologia.2012, Vol. 35, No 1; pp.55-62


http://www.unesco.org/new/es

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