martes, 1 de septiembre de 2015
jueves, 20 de agosto de 2015
Educación Financiera
Uno de los elementos que ha contribuido al deficiente
desempeño de los estudiantes de noveno grado en las pruebas PISA (evaluación
internacional de estudiantes), es el concerniente a la educación financiera. La
cual es definida por la OCDE (Organización para la cooperación y desarrollo
económico), quien realiza la prueba como: “el proceso a través del cual los
consumidores/inversionistas mejoran su comprensión de los productos
financieros, los conceptos, los riesgos, y, a través de la información,
instrucción y/o el asesoramiento objetivo, desarrollan habilidades para ser más
conscientes sobre los riesgos y oportunidades financieras, para la toma de
decisiones informadas, para saber dónde acudir en el caso de necesitar ayuda, y
para tomar otras acciones efectivas que mejoren su bienestar financiero” .
El gobierno colombiano tomando conciencia al respecto,
crea el programa de educación económica y financiera, el cual se orienta a
crear competencias básicas y ciudadanas para la toma de decisiones en asuntos
financieros y económicos. Para esto diseñó las orientaciones pedagógicas del
programa e incluye a partir de octubre de 2014 en las pruebas Saber Pro este
elemento en el componente de competencias ciudadanas para los estudiantes de grado
noveno.
En un país con alta propensión al consumo, educar en los
asuntos financieros es un acto de responsabilidad social, esto contribuye a
tener consumidores más conscientes de sus decisiones financieras y económicas,
que conocen sus derechos y deberes como consumidores y que entienden la importancia de planificar
sus finanzas para mejorar su calidad de vida. En muchas ocasiones el consumo desbordado,
no permite hacer elecciones racionales y esto hace que los consumidores se
encuentren de un momento a otro en una espiral de gasto que desborda sus
capacidades y que a la larga termina con su tranquilidad y de quienes lo
rodean.
Considerando lo anterior, como una oportunidad para
proyectarse a la sociedad del Oriente Antioqueño desde Punto de Bolsa de la
Universidad Católica de Oriente y con el apoyo de la Dirección de Extensión y
Proyección Social, se ha emprendido el proyecto “ Mi primer millón”, una iniciativa de proyección social que tiene
como finalidad desarrollar y validar una metodología de educación financiera,
por medio de la cual se transmitan unos conocimientos de manera didáctica a los
estudiantes de noveno grado, con el fin de que a temprana edad se adquieran
buenas prácticas en el manejo de las finanzas personales.
Para esta prueba piloto se escogió una institución
privada y una pública, Colegio Monseñor Alfonso
Uríbe Jaramillo (MAUJ) y la Institución Educativa el Tablazo respectivamente. Se
intervendrán un total de 98 alumnos, y adicionalmente la metodología considera
la intervención a los docentes de las instituciones educativas, con el fin de
que se genere al interior de las aulas de clase, una comunicación entre
estudiantes y docentes más fluida y natural, en términos financieros.
El proyecto contempla el diseño de una cartilla y un
concurso final donde serán aplicados los conocimientos adquiridos, y
además competirán por un premio de un millón en materiales educativos. De igual
manera, se sistematizará la experiencia, donde intervienen estudiantes de
pregrado, a quienes se les reconocerá como trabajo de grado.
Esta iniciativa, busca integrar procesos académicos,
investigativos y de extensión aunando esfuerzos en pro de contribuir a la
calidad de las instituciones educativas de la región.
Luz Marina
Rodas Chamorro
Directora de
Extensión y Proyección Social
martes, 7 de julio de 2015
Educación: Capital Humano y Social
El plan de desarrollo nacional 2014-2018 “Todos por un nuevo
país”, se sustenta en tres pilares: la paz, la equidad y la educación. Esta
última es considerada en el plan como un instrumento de igualdad social y crecimiento
económico.
El plan reconoce a la educación como un pilar fundamental del
desarrollo del país, y establece como objetivo: “Cerrar las brechas en acceso y
calidad a la educación, entre individuos, grupos poblacionales y entre
regiones, acercando al país a altos estándares internacionales y logrando la
igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos”.
En este contexto, se puede observar como el enfoque de la
educación en el plan se aborda desde la teoría del capital humano, la cual destaca
la importancia de la inversión en educación como un motor del crecimiento
económico, en donde los conocimientos de los individuos permiten la especialización
productiva y esto conlleva al incremento del producto interno bruto (PIB). En
este sentido, los alumnos son concebidos como actores racionales que mediante la
inversión en educación pretenden movilidad en la escala social y mejor
perspectiva económica.
Ahora bien, es importante ver la inversión en educación como
la posibilidad de contar con el capital humano que el país requiere para elevar
su nivel de productividad y competitividad, logrando con esto insertarse en el
escenario mundial, el cual es cada día más exigente, cambiante y complejo. No
obstante, reducir la educación solamente a una categoría de la función
productiva no es conveniente, máximo en una nación que adolece de un sinnúmero
de problemas de índole, social, cultural y político.
En este sentido, la educación debe ser también vehículo para
la conformación de una sociedad que se
basa en la confianza y que propende por un trabajo mancomunado en la
construcción de la tan anhelada paz que todos soñamos. Para esto, es necesario
que el conocimiento vaya de la mano de la formación en valores humanísticos que
forjen en el estudiante una personalidad libre, feliz y productiva. Una
educación que solo persiga la competitividad de los individuos en función del
sector productivo, no podrá contribuir a
tener una sociedad cohesionada. No basta con la generación de conocimientos,
capacidades y habilidades, es necesario preguntarse por el ciudadano que
necesita el país para que se tejan relaciones basadas en la solidaridad, el
cooperativismo y conciencia cívica, en donde se compartan valores comunes y
normas.
Si solo vemos la
inversión en educación desde la óptica de la construcción del capital humano
que necesita el sector productivo, estamos condenados a una suma de individuos
que solo buscan su ascenso en la sociedad y que poco aportan a unas relaciones sociales que posibiliten una acción colectiva que
construya tejido social basado en la confianza de sus gobiernos, organizaciones
e instituciones.
sábado, 14 de febrero de 2015
Educación Superior: ¿Ciencias Naturales? ¿Ciencias Sociales?
Educación Superior:
¿Ciencias Naturales? ¿Ciencias Sociales?
Luz Marina Rodas Chamorro
Directora Extensión y
Proyección Social
Universidad Católica de
Oriente
El
conocimiento ha venido evolucionando y dando paso a nuevos desarrollos teóricos
que no sólo tratan de describir realidades
o predecir acontecimientos, sino también comprender el mundo a partir de
la relación que existen entre los diferentes eventos que lo conforman. En este
sentido, es importante comprender que
las ciencias naturales como las ciencias sociales se interrelacionan entre si y
tienen puntos de concurrencia, lo cual implica que la sociedad necesita de
ambas para su progreso.
Cuando
se habla de educación, es sensato reconocer el vínculo que tiene con el
desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación, aspectos fundamentales
para el progreso de las naciones, lo que la hace un pilar fundamental para el
avance social, económico, político y cultural.
Sin
embargo, se debe ser cauto y no caer en extremos al pretender, dar prelación
a una oferta educativa sustentada solo sobre la teoría de ver la educación como una inversión que
traerá rendimientos en el futuro, y que por lo tanto redundara en un mayor
desarrollo económico. De lo anterior, se desprende la importancia que tiene hoy
en día no perder de vista el carácter formativo de la educación y su relación con la triada ciencia, tecnología
y sociedad.
Ante los problemas de pobreza, desigualdad,
exclusión y deterioro ambiental que enfrenta la sociedad, la educación debe ser
vista como un factor de apalancamiento para el progreso de las naciones.
Además, se debe concebir la educación desde una perspectiva de formación
integral, lo cual permite entender la importancia de la colaboración que debe
existir entre los diferentes tipos de conocimiento.
Por
otra parte, frente a los desafíos y transformaciones que hoy enfrenta la
sociedad las contribuciones que pueden hacer las ciencias naturales y sociales
son innegables, estas últimas dada la
pluralidad de contextos permiten que las respuestas a los cambios puedan ser adecuadas a las características
que posean determinada sociedad.
Por consiguiente, una
educación superior pertinente parte de la convergencia que se debe dar entre
las demandas productivas y económicas, las necesidades de la sociedad y las
preferencias de los individuos. Por otro lado, una educación de calidad
reconoce la importancia de la enseñanza de las ciencias; del dialogo
interdisciplinario y multidisciplinario; busca la comprensión de conocimiento,
el modo de aplicar el conocimiento, la comprensión de los diferentes contextos
y el crecimiento integral del ser humano.
viernes, 31 de octubre de 2014
DEMOCRATIZACIÓN DEL CONOCIMIENTO: UN COMPROMISO CON EL
DESARROLLO DEL TERRITORIO
La
dinámica actual del desarrollo pone su acento en el territorio, el cual se
asume más allá de un espacio físico y se convierte en un entramado de
relaciones culturales, sociales, políticas, ambientales y económicas. En este
contexto, las Instituciones de Educación
Superior (IES) no pueden estar
encapsuladas, deben tejer relaciones con su entorno para ser dinamizadoras del desarrollo y propiciar lazos
de confianza a partir de la coherencia de sus funciones con su misión y valores institucionales.
Vallaeys
(2006) indica que “la Universidad tiene un impacto sobre la sociedad y su
desarrollo económico, social y político. No sólo tiene un impacto directo sobre
el futuro del mundo en cuanto forma a sus profesionales y líderes, sino que
ella es también un referente y un actor social, que puede promover (o no) el
progreso, que puede crear (o no) Capital Social, vincular (o no) la educación
de los estudiantes con la realidad social exterior, hacer accesible (o no) el
conocimiento a todos, etc.” (p.4)
Por lo tanto, reflexionar sobre la credibilidad y
autenticidad de las IES desde su vida misma y su compromiso con las realidades
y problemas de la sociedad, es una manera de ver el compromiso con la calidad
desde una perspectiva diferente a la centrada en el éxito de los procesos. En este sentido, el
énfasis pasa de centrarse únicamente en
la transferencia del conocimiento a la democratización del saber, lo cual
implica trabajar con las comunidades a partir de un trabajo colaborativo que
reconozca los saberes que ellas tienen, generando así relaciones de cooperación,
solidaridad y una apropiación social del conocimiento.
En
este sentido, Marin (2012) señala que “la apropiación social del conocimiento
se entiende como un proceso que implica, por un lado, la disposición de
conocimientos científicos y tecnológicos en un escenario y lenguajes comunes
para la sociedad; y por otro, que el ser humano hizo suyo tales conocimientos
como elementos útiles y necesarios para su beneficio y provecho. Apropiación
social del conocimiento, significa entonces, la democratización del acceso y uso del conocimiento científico
y tecnológico, como su estrategia para su adecuada transmisión y
aprovechamiento entre los diferentes actores sociales, que derivará en el
mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades y sus integrantes” (p.57)
En síntesis, las IES al ser un actor social clave en el
progreso del territorio tienen el reto de ser cada día más emprendedoras,
democráticas, abiertas y vinculantes. Es necesario que comprendan, que aprendiendo del colectivo, apropiando y
aplicando socialmente el conocimiento, logran trasformaciones en los contextos
en los cuales se desempeñan, por lo
tanto, las funciones sustantivas deben ser pensadas y reflexionadas desde esta
perspectiva.
Referencia
Bibliográfica
Vallaeys, François. (2006) .Breve
Marco de la Responsabilidad Social Universitaria. Recuperado de http://rsuniversitaria.org/web/images/stories/BreveMarcoTeodelaResponsabilidadSocialUniv.pdf
Marin
Agudelo, Sebastián Alejandro. Apropiación Social del Conocimiento: una nueva
dimensión de los archivos. Revista Interamericana de Bibliotecologia.2012, Vol.
35, No 1; pp.55-62
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